viernes, 22 de julio de 2011

Invertirán 29 mdp del ProÁrbol para evitar pérdida de suelo en 15 mil hectáreas



Las obras de conservación y restauración de suelos, así como los trabajos de reforestación se realizarán en 52 municipios.
• Cambio de uso de suelo y deforestación principales causas de la desertificación.
• 17 de junio es el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía.


Este año serán empleados 7 millones de pesos del programa ProÁrbol, para atender de forma directa 2,500 hectáreas con problemas de degradación de suelos, a través de trabajos de conservación y restauración. A esto se suma la inversión de 22 millones que se aplicarán para la reforestación de 12 mil 486 hectáreas.

En el marco del Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía, cuyo lema de este año es “Los Bosques mantienen activas las tierras secas”, Salvador Moreno García, gerente estatal de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), informó que la pérdida de suelo en Michoacán está asociada principalmente al cambio de uso de suelo, disminución de la cobertura vegetal y la deforestación.

Con base en las áreas elegibles establecidas para recibir apoyos del programa ProÁrbol, 740 mil hectáreas del Estado de Michoacán presenta algún nivel de erosión (severa, alta, moderada y/o ligera). Los municipios fuertemente degradados son: Chucándiro, Coeneo, Contepec, Charapan, Cherán, Epitacio Huerta, Huaniqueo, Jimenez, Madero, Morelia, Maravatío, Nahuatzen, Paracho y Zinapécuaro.

“El suelo es el recurso más intensamente utilizado por el hombre, ya que se encuentra relacionado con todas sus actividades, desde la producción de bienes y servicios básicos, hasta la construcción y desarrollo. Sin embargo, aunque el suelo está en formación de manera permanente, se le considera un recurso natural no renovable en la escala humana de tiempo, ya que para formar un centímetro de suelo en la capa superficial se requiere entre 100 y 400 años”, explicó.

Ante esta relevancia, mediante el programa ProÁrbol se apoyarán 40 proyectos para detener y revertir la degradación del suelo, cuyas consecuencias está la disminución de su productividad biológica, así como la capacidad para sostener la vida. Estos proyectos se encuentran en nueve municipios, de los que destacan Nahuatzen, Los Reyes, Paracho, Charapan, Chilchota y Uruapan.

En relación a las 12 mil 486 hectáreas que serán reforestadas este año con apoyos del programa ProÁrbol, éstas se ubican en 52 municipios, entre los que destacan por la superficie que será atendida San Lucas (1,332 ha), Paracho (1,197 ha), Chinicuila (947 ha), Uruapan (889 ha), Los Reyes (874 ha), Chilchota (853 ha), Coalcomán (586 ha), Jungapeo (483 ha), Coeneo (429 ha) y Zacapu (411 ha).

Con la reforestación se previene la pérdida de suelo cuyas funciones se aprecian en 3vertientes: las naturales como lo es el hábitat y soporte biológico, componente de ciclos naturales y reservorio genético; la sociales o de uso como fuente de materias primas, soporte de infraestructura industrial y elementos constructivos o para el desarrollo educativo y cultura.

Una tercera vertiente de las funciones del suelo son las ambientales como la recuperación de los hábitats naturales de las actividades forestales, ganaderas y agrícolas, esto con la ayuda del agua de lluvia, registro de las condiciones climáticas existentes en el pasado, así como las reservas de carbono orgánico que representan una cantidad más importante que la de las reservas superficiales de bosques y selvas del mundo, por citar algunos.

Suelo.- Es la capa superficial de material mineral y orgánico no consolidado que sirve de medio natural para el crecimiento de las plantas, y que ha sido sujeto a los factores que le dieron origen (clima, topografía, biota, material parental y tiempo).

Antecedentes

La Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD), acordó celebrar el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía, cada 17 de junio, como parte de la campaña para enfrentar el deterioro ambiental en el mundo.

La CNULD surgió en 1994 como resultado de la Cumbre de la Tierra de 1992. Es una Convención Ambiental e instrumento internacional de carácter obligatorio que centra su atención en la lucha contra la degradación de tierras, la desertificación y la mitigación de la sequía, a través de la ejecución de Planes de Acción Nacionales.

México fue uno de los primeros países en firmar esta Convención en 1994 y fue ratificada por el Senado al año siguiente, entrando en vigor en 1996. La CNULD tiene como miembros a 194 países, comprometidos con el desarrollo de políticas y programas de manejo sustentable de tierras y con el aporte de soluciones perdurables para disminuir la pobreza de los grupos humanos más vulnerables asociados a las tierras secas.

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